Todo bilbaíno que se precie ha probado uno de los famosos bollos de mantequilla de la pastelería Arrese de Bilbao. Sus orígenes se remontan a 1852 en una antigua tienda degustación de la calle Artekale número 3. En 1992 abrieron otro local en la calle Gran Vía, pero la placa que citaba “Arrese, casa fundada en 1852” se fue con ellos a la nueva ubicación, pasando a ser un elemento más del paisaje bilbaíno, como el Teatro Arriaga o la Iglesia de Begoña.

Sin embargo ayer ocurrió un hecho que no pasó inadvertido para ninguno de los clientes habituales o viandantes que cruzan la Gran Vía: Esta famosa placa había sido robada. Así lo anunciaba la pastelería Arrese en sus redes sociales: “Lamentamos informar que la placa que adornaba nuestra tienda en Gran Vía ha sido robada”. De momento no se sabe qué es lo que ha podido ocurrir, pero será imposible aguantar un suspiro cada vez que alcemos la cabeza y veamos la esquina de Arrese vacía.