La reforma del Museo de Bellas Artes de Bilbao no solo traerá nuevos espacios expositivos, sino también una cafetería completamente renovada. Ubicada en la misma esquina del parque de Doña Casilda, el local duplicará su superficie y conservará su terraza, además de ganar una nueva más pequeña sobre la pasarela oeste del edificio.

La cafetería mantendrá su acceso independiente, lo que permitirá seguir disfrutando de sus servicios sin necesidad de entrar al museo. El objetivo es elevar su propuesta gastronómica a la altura del ambicioso proyecto arquitectónico liderado por Norman Foster y Luis Mari Uriarte.

De los orígenes a la nueva etapa

La primera cafetería del museo abrió en 1984 en el sótano del edificio antiguo, como parte de una serie de reformas. Funcionó hasta 1998 bajo un modelo de autogestión. Años más tarde, en el año 2000, se inauguró una nueva cafetería con entrada directa desde el parque y una terraza privilegiada. También se abrió entonces el restaurante Arbolagaña, que operó hasta 2016. La cafetería cerró en 2022 con motivo de las actuales obras de ampliación.

Un diseño a medida

El nuevo espacio, diseñado por el propio estudio Foster+Partners junto con LM Uriarte Arkitektura, pasará de los 93 m² actuales a más de 224 m². Se cuidará especialmente el diseño: una gran barra de granito gris oscuro será el elemento central, y el techo estará cubierto con una rejilla de aluminio blanco, siguiendo el estilo del nuevo hall de acceso.

Además de la terraza original frente a la plaza Chillida, se incorporará otra más pequeña sobre la pasarela, pensada como un espacio luminoso, tranquilo y acogedor. El aforo será de 69 personas sentadas en el interior, con capacidad máxima para 104, y unas 76 plazas adicionales repartidas entre las dos terrazas.

Servicio durante todo el día

La nueva cafetería adoptará el concepto “all day café”, ofreciendo una propuesta gastronómica continua desde la mañana hasta el cierre, adaptada a diferentes momentos del día: desayunos, aperitivos, comidas, meriendas o cenas ligeras. La intención es atraer tanto al público local como a visitantes, con una oferta de calidad, flexible y con precios accesibles.

Abrirá todos los días en los que el museo esté en funcionamiento, con un horario previsto de 10:00 a 20:00 horas, y los domingos hasta las 15:00, salvo el día de cierre semanal en invierno.

En busca de un nuevo gestor

El museo ya ha iniciado el proceso para seleccionar a la empresa que gestionará esta renovada cafetería. Se valorará no solo su propuesta gastronómica y menús para cada franja horaria, sino también aspectos como el diseño de la vajilla o las medidas para evitar el desperdicio de alimentos.

La empresa adjudicataria abonará un canon mínimo de 54.000 euros anuales, más un 9% de la facturación como canon variable. Además, será la encargada del servicio de catering en eventos del museo, como inauguraciones de exposiciones o presentaciones.