Juan Tranche (Madrid, 1979) es un autor español apasionado de la Antigua Roma y los gladiadores. Tras un extenso estudio e investigación de esta época, ha lanzado su nuevo libro “Gladiadoras”. Una  gran novela histórica sobre mujeres guerreras que nos invita a adentrarnos por las calles de la Antigua Roma y sus coliseos.

 

Naiara CABEZAS ZABALA

¿Qué te inspiró a escribir sobre el tema de las mujeres gladiadoras en la Antigua Roma?

Todo el mundo en algún momento de su vida había oído hablar de los gladiadores, pero nunca de las gladiadoras. Y las gladiadoras existieron de verdad. Hay un puñado de pruebas que respaldan esa teoría. La prueba más irrefutable es un relieve que se encontró en el Monte Parnaso donde se ven dos mujeres en actitud combativa. Debajo hay unos nombres y en esos nombres pone Aquilea y Amazona. Pero hay una cosa muy curiosa en ese relieve. En la parte derecha se encuentran los cascos. ¿Por qué se quitaron los cascos? Muchos historiadores piensan que es para que se vea que son mujeres. Pero…, ¿y si la causa fuera otra? Yo lo que he intentado es buscar otra causa que los lectores descubran a lo largo de las páginas.

¿Por qué crees que ha sido un tema poco explorado en la literatura?

Pues no sé. Pero como tantas mujeres que han sido silenciadas a lo largo de la historia. Yo quería que la historia de las gladiadoras fuese contada. Porque ellas lo tuvieron mucho más difícil que los hombres. Porque las mujeres no solo luchaban por su vida, lucharon también contra las rígidas costumbres de un imperio. Era algo que se tenía que contar.

¿Las gladiadoras y las amazonas se las ha descrito como guerreras ¿Qué cualidades tienen en común estos dos grupos de mujeres?

En este combate, una es Aquilea (femenino de Aquiles) y la otra es Amazona.  Una de las reinas amazonas que fue en ayuda a la Guerra de Troya fue Pentesilea. Cuando lucha contra Aquiles, Pentesilea muere en sus manos y que incluso dicen que Aquiles se pudo enamorar de ella. Pues imagínate está representada en un combate. Es decir, seguramente los romanos quisieron representar ese combate de Aquiles y de Pentesilea en este duelo.

¿Encontraste algún desafío particular al tratar de reconstruir sus vidas y experiencias?

El desafío era que solo ha quedado constancia de ellas dos, las dos protagonistas. Yo lo que he intentado es plantearme la historia desde el final. Es decir, vamos a llegar con la historia a este combate. Para ello, hay dos figuras. Una fémina, que pertenece a una clase social alta y la otra que es de clase social baja.   A través de eso trato de contar esta historia. Por lo tanto, el reto ha sido montar una Roma oscura, una Roma diferente a la que estamos acostumbrados a leer y a ver. Yo quería contar cómo hubiese sido un grupo de jóvenes en la Antigua Roma y sus consecuencias.

¿Cómo te inspiraste para recrear los escenarios de las batallas de gladiadores?

Me he basado en cómics, para ver como los dibujan. Pero sobre todo he hecho mucho viaje. He recorrido los anfiteatros de España. He viajado muchas veces a Roma. De esta forma, he ido visualizando un poco el escenario. Cuando estás dentro del escenario surgen otras ideas. Te abre más la mente. Entonces, he utilizado todo lo que tengo alrededor para intentar que los lectores cuando lean la historia sientan que están allí. Por ejemplo, hoy en día existen recreaciones de gladiadores. Yo he ido a verlas, me he puesto el casco y he luchado con ellos. Esto me ha servido para recrear los golpes. Si no ves los golpes, no los puedes narrar.

¿Hay alguna escena o momento en particular del libro que te haya resultado especialmente emocionante y desafiante de escribir? ¿Por qué?

Hay muchas. Pero, especialmente el juicio. El juicio me emocionó muchísimo y me pareció un reto enorme. Tuve que leer muchísimas conferencias y muchos escritos de Cicerón para intentar que los discursos fueran lo más parecidos a como él los hacía. Cuando terminé esa escena, es cuando vi que era la que más me había costado, pero también la que más me había emocionado

¿Qué mensaje clave esperas transmitir a los lectores a través de la historia de las gladiadoras?

Lo que he tratado ha sido dar voz a estas mujeres que no tenían libertad para decidir ni con quien se casaban ni tenían derechos y menos privilegios. Por eso, me gustaría mucho que los lectores, después de haber puesto el libro en la estantería, se hayan entretenido y emocionado, pero también que les haga reflexionar sobre que la arena de un anfiteatro es como la vida, solo sobreviven los más fuertes. Sobreviven aquellos que nunca se rinden.

 ¿Tienes pensado darle continuidad a este tema en próximos libros?

Este libro han sido 3 años de trabajo. Por lo que ahora mismo solo pienso en disfrutarlo. Pero, como en mi anterior libro hablo del mejor gladiador de todos los tiempos y en este retrato la vida de la Antigua Roma, ya he contado todo aquello que quería contar. Ahora estoy buscando nuevos nichos. Tengo dos proyectos en la cabeza. No sé muy bien a donde tirar, pero la gladiatura la voy a dejar atrás. Eso sí, me quedo en la Antigua Roma que es donde más cómodo me siento.

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