¡Sí, así como lo oyes! La historia detrás de este apelativo es tan refrescante como un buen vaso de txakoli. Resulta que hace siglos, la producción de vino, especialmente el txakoli, era el alma de la economía local. Y las tabernas de la zona servían estas delicias en jarras de barro cocido para mantener su frescura. Como los habitantes de Portugalete eran aficionados a estas jarras, la gente empezó a llamarles cariñosamente “Jarrilleros”. Y la tradición sigue viva hasta hoy. ¡Así que ya sabes, si te encuentras con un Jarrillero, seguro que te cuenta una buena historia sobre vinos y jarras! 🍷
[…] Aquí te dejamos en link del de los Portugalujos por si no lo has leído todavía. […]