Hoy, Bilbao despide con el corazón lleno de emoción a Marijaia, símbolo de nuestra querida Aste Nagusia. Tras nueve días de música, risas, tradiciones y la alegría que solo nuestra semana grande puede ofrecer, llega el momento de decir adiós.

Marijaia, con sus brazos siempre abiertos, nos ha recordado una vez más la importancia de disfrutar, compartir y celebrar la vida en comunidad. Has guiado nuestras fiestas, has sido testigo de las miradas llenas de asombro, de los abrazos en las calles, de las danzas interminables y de la felicidad que ha inundado cada rincón de Bilbao.

Hoy, mientras te despedimos en la ría, sentimos una mezcla de tristeza y gratitud. Tristeza porque tu marcha marca el fin de un ciclo de días inolvidables. Gratitud porque, gracias a ti, hemos vivido momentos que quedarán grabados en nuestra memoria y en nuestros corazones hasta que vuelvas.

Te decimos adiós, Marijaia, pero sabemos que no es un adiós definitivo. Es solo un «hasta luego». Porque el próximo año, con la misma ilusión de siempre, te recibiremos de nuevo para que juntos volvamos a celebrar la vida, la cultura y la tradición que nos unen como pueblo.

Hasta entonces, Marijaia. Gracias por ser el alma de nuestra fiesta. ¡Nos vemos en la próxima Aste Nagusia!