El escritor y colaborador de televisión Juan del Val regresa al panorama literario con Vera, una historia de amor, la novela con la que se ha alzado ganador el Premio Planeta 2025. En este libro, Juan del Val nos lleva al interior de una historia apasionada y profunda sobre la vida de Vera, su búsqueda de la libertad y la reinvención personal tras la ruptura de un matrimonio en la alta sociedad sevillana.

 

P: Después de que grandes nombres de la literatura española recibieron el Premio Planeta, ¿cómo se siente finalmente vivir ese instante en primera persona y unirse a esa prestigiosa lista de ganadores?

R: Lo primero sientes felicidad y emoción, no tanto por formar parte de esa lista con nombres que parecen inalcanzables, sino por la oportunidad de llegar a muchos lectores gracias a la enorme difusión del Premio Planeta. Al final se trata de aprovechar esa ocasión para llegar al mayor número posible de lectores.

 

P: Vera, una historia de amor presenta a una mujer que rompe con lo establecido y busca su libertad personal. ¿Qué le inspiró a crear a Vera y qué mensaje quiso transmitir con su proceso de transformación?

R: Quería transmitir un mensaje de esperanza. Me interesaba mostrar el camino de autodescubrimiento de Vera, como sale de un lugar en el que aparentemente estaba bien, un lugar confortable para atreverse a vivir y buscar su libertad. Eso era lo que quería contar y para eso también le ayuda la aparición de Antonio en su vida, para ver un contrapunto a lo que ella estaba acostumbrada durante toda su vida.

 

P: En otras entrevistas ha declarado que Antonio es su “primer personaje masculino satisfactorio”. ¿Por qué le considera su “primer personaje masculino satisfactorio”?

R: Es el primer personaje masculino satisfactorio en el sentido de que no le he matado ni le he convertido en un idiota, que es lo que suelo hacer con los personajes masculinos. En este caso no ha sido así, sino que le he mantenido vivo, aunque sea un spoiler lo puedo decir, se mantiene vivo a lo largo de toda la novela. Creo que es un personaje que como contrapunto de Vera es perfecto. Me gusta como es Antonio, me cae bien.

 

P: A raíz de recibir este premio, han surgido algunas críticas hacia la novela y usted mismo ha comentado que quizá había en ellas “más inquina que talento”. ¿Cree que ese tipo de críticas se deben a que es usted quien ha escrito la obra o realmente estaban dirigidas a la novela en sí?

R: Todas las críticas que ha habido antes de que la gente leyese la novela está muy claro que tiene que ver con que era yo. Por supuesto, la inmensa mayoría de todas las críticas se produjeron antes de poder leer la novela porque no se había publicado. Una vez publicada, he recibido críticas fabulosas, regulares, malas, muy malas y buenísimas. Lo acepto absolutamente porque cuando publicas una novela hay gente a la que le gusta más y a la que le gusta menos. Lo que no tolero es el odio, pero una crítica la acepto con normalidad.

 

P: En su discurso afirmó que la libertad consiste en perder el miedo a equivocarse. ¿Hasta qué punto esa idea define su forma de vivir y de entender la escritura?

R: Me considero una persona y un escritor bastante libre. No siempre se puede ser del todo libre por muchas razones, pero sí que para mí es un ideal al que yo quiero tender. Escribo para los demás, pero no pensando en lo que puedan opinar sobre lo que escribo, es un ejercicio íntimo que luego comparto. Creo que la libertad es fundamental y para ser libre hay que perder el miedo a equivocarse.

 

P: En el último año, la inteligencia artificial ha irrumpido con fuerza en muchos campos creativos, incluida la literatura. ¿Me gustaría saber si alguna vez ha utilizado la inteligencia artificial durante el proceso de redacción, ya sea para inspirarse, estructurar texto o corregir?

R: Cuando empecé la novela no sabía utilizar la inteligencia artificial y sigo sin saber. Mi hijo me descargó una aplicación y me ha servido para los sinónimos, pero vamos, imposible. Si tuviera que utilizar la inteligencia artificial no saldría esto.