Tenemos el placer de presentar una entrevista única con Paloma Caro, una autora cuya obra ha cautivado a miles de lectores por su profunda sensibilidad y su capacidad para abordar temas universales con una mirada fresca y auténtica. En esta conversación, descubrimos más sobre Paloma, sus fuentes de inspiración y la esencia de su libro, que explora los secretos familiares, el poder del silencio, el papel de la mujer en la sociedad, etc.

A lo largo de esta entrevista, Paloma comparte su visión del mundo , cómo logra transmitir sus sentimientos a través de las palabras y el impacto de ellas en las personas.

La novela comienza con una revelación que trastorna a Julia. ¿Cómo decidiste que este fuera el punto de inicio de la historia?

Lo que les pasa a Emma y a Julia, que son madre e hija, es que se llevaron muy mal, tuvieron una relación muy difícil porque pertenecían a épocas muy diferentes. Entonces, que la hija descubra algo de su madre, que no sabía, 30 años después de su muerte, era un gran motivo para que Julia volviera a recordar toda la vida de su madre infancia, juventud y los problemas que tuvieron. También, para que averiguara lo que no sabía que era como había vivido su madre antes de que ella naciera. En realidad, es una excusa, que luego no es una excusa, para narrar la vida de ambas. 

 

Emma, la madre de Julia, parece ser un personaje que vive atrapado entre el amor y el miedo. ¿Cómo construiste su figura y qué simboliza para ti?

Emma es un tipo de mujer que existía en los años 60, finales de los 50, que era un tipo de mujer silenciosa, modosa, contenida e incluso después a lo largo de su vida algo fría. ¿Pero, por qué? Porque, no había ninguna rebeldía en ella, lo que ella intenta es que su hija tenga la vida que ella no tuvo y sobre todo, que no cometa los mismos errores. Pero, Julia no sabe cuáles fueron sus errores entonces, no entiende que su madre la trate de esa manera tan estricta.

 

La relación entre madre e hija en la novela es compleja y llena de contrastes. ¿Qué fue lo más desafiante al escribir sobre estos vínculos emocionales tan profundos?

Es difícil porque también debe de ser contenido cuando lo cuentas. Las hijas sabemos cuando nuestra madre nos miraba y simplemente con una mirada, nos decía que lo que estábamos haciendo estaba mal. Entonces, no era necesario dar más que pinceladas porque con esas pinceladas, tu ya sabes que a esa madre no le gusta lo que su hija está haciendo. Y esto a Julia le hace ser aún más rebelde.

«Las hijas sabemos cuando nuestra madre nos miraba y simplemente con una mirada, nos decía que lo que estábamos haciendo estaba mal.»

 

La novela se mueve entre Tetuán y Madrid, dos ciudades con un fuerte contraste cultural. ¿Cómo influye el entorno en los personajes y en la evolución de la historia?

Totalmente, el Tetuán de los años 60, con la independencia de Marruecos. Emma no podría haber tenido el carácter si hubiera vivido en otro sitio. Porque Madrid era un poco más abierta que la sociedad Tetuaní del momento porque eran todos militares, funcionarios, colonos etc. Además, una ciudad pequeña, en vez de haber vivido en Madrid, haber vivido encima en una ciudad todavía más pequeña, que es peor  para ella porque era una ciudad que se sabía todo de todo el mundo, la ciudad del ¿qué dirán?, de la reputación sobre todo en las mujeres. En cambio, Julia vive en Madrid pero vive además en Madrid de los años, bueno, su juventud en los 80 y los 90. O sea, vive una vida totalmente libre. Fue la vida, después del franquismo, los primeros años de la democracia, en el 77, la píldora en España, por ejemplo, hizo que las mujeres pudieran tener sexo sin tener las consecuencias indeseables. Esto en el sexo tenía mucha importancia, por ejemplo que te pudieras acostar con tu novio sin quedarte embarazada. El mundo de una y el mundo de otra son muy diferentes y la ciudad es muy importante.

 

En tu novela, el silencio es una herramienta tanto protectora como opresiva. ¿Qué significado tiene el silencio para los personajes y cómo afecta sus relaciones?

Creo que hay una parte de Emma que es un silencio no deseado, que es el silencio, por ejemplo, que yo lo hablo muchas veces de esas mujeres, que no hablaban de política ni hablaban de “no sé qué” ni hablaban de “no sé cuántos” porque ellas no entendían. Lo primero que te decían, esto yo lo he oído, mi madre, mis tías, “no es que yo de política no hablo porque no sé”. Es una declaración.

¿Por qué? Pues porque eran sus maridos los que opinaban acerca de política y además ellas jamás podrían llegar a tener una opinión diferente de la que tienen los maridos. E incluso teniendo la misma, diciendo que tienen la misma, si hacían algún comentario y al marido no le parecía bien, lo decía en voz alta delante de todo el mundo. O sea, las desautorizaba para hablar. Eso es un silencio, que es un silencio terrible. Pero luego también hay un silencio estupendo, que es el silencio del respeto a los demás y del respeto a ti mismo. Es decir, decidir cuándo hablar y cuándo callar es una de las cosas más importantes que uno tiene que aprender en la vida. Y si no aprendes eso, lo llevas muy mal, porque dirás cosas que no debes de decir en público y te callarás cuando tendrías que hablar. Yo daría clases, tanto coach y tanto coach, yo daría clases de cuándo hablar y cuándo callar.

«Decidir cuándo hablar y cuándo callar es una de las cosas más importantes que uno tiene que aprender en la vida.»

 

He leído también que era en parte autobiográfica ¿ha habido algún punto que se te ha hecho difícil de escribir? 

A ver, no es autobiográfica realmente, es basada en hechos que ocurrieron en mi familia, pero no era mi madre, ni soy yo. Pero lo que sí es que está basado, diríamos, en una historia familiar. Y yo, de todas maneras, a toda esa familia la conozco muy bien porque es la mía. Pero vamos, que podría ser la mía o podría ser cualquiera de aquella época porque ocurrían ese mismo tipo de cosas. 

 

Hace poco en un partido de Athletic a un jugador le gritaron un insulto racista ¿Cuál es tu opinión sobre estas actitudes?

Yo creo que está bien que obliguemos a la gente a no decir esas cosas porque las palabras significan mucho. Pero realmente es porque es despectivo, porque en realidad la palabra “moro” proviene de la época romana cuando los romanos entran en el Magreb descubren a gente que es oscura de piel y los romanos le llaman bueno, la palabra en francés es «meur» pero bueno, da igual, lo que significa simplemente es oscuro de piel pero no era despectivo, nunca lo fue. Además, de hecho, hay un país que se llama Mauritania, que es el país de la gente oscura. O sea, si a ver, las palabras no son ni malas ni buenas, son las personas. Entonces no hay que prohibir palabras, hay que enseñar a las personas a no ser despectivos con la gente. Luego hay otra cosa, estamos hablando del mundo del fútbol. Yo en el mundo del fútbol, en el mundo de los toros etc. He oído de todo, burradas. O sea, que a ver, tiene importancia porque es verdad que no hay que decirlo, pero por las mismas yo agradecería también que si yo soy la madre de un futbolista que no es “moro”, que es de aquí, imagínate, pues también cuando le digan a ese chico “me… en tu madre” la federación también castigue a la persona que lo ha dicho, porque me parece igual de malo. No deberías insultar a la gente, se creen libres en esos entornos, como las redes. Da lo mismo sea racismo o no sea racismo, me da igual, no se debe de permitir el insulto.

«Las palabras no son ni malas ni buenas, son las personas.»

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