El Teatro Arriaga acoge Euskelelea el 26 de diciembre a las 19:30 horas. Un cuento escrito por Juan Kruz Igerabide y con una música preciosa interpretada por el Euskal Barrokensemble, capitaneado por Enrike Solinis; pinceladas de danza; y unas magnificas ilustraciones realizadas por Irrimarra son los elementos que, perfectamente combinados, construyen el espectáculo Euskelelea. El precio de la entrada es de 15 euros.
Concebido como un cuento musicado en euskera y sobretitulado en castellano, el espectáculo se basa en la idea e instrumento original creado por Enrike Solinís, el euskelele, una especie de ukelele en forma de pala construido con materiales ecológicos y de una manera respetuosa con el ecosistema. Y a ello se suma la historia desarrollada por el poeta y escritor Juan Kruz Igerabide, que nos sitúa en un bosque mágico del País Vasco en el que la diosa Mari convertirá una pala con la que juegan unas lamias en un instrumento muy especial: el euskelele.
La música del espectáculo está interpretada por los estupendos instrumentistas del Euskal Barrokensemble, cuya especialización en música barroca y antigua encaja como anillo al dedo para ambientar un cuento repleto de ilusión y magia como el que ha escrito el reconocido autor Juan Kruz Igerabide (Premio Euskadi de Literatura Infantil y Juvenil en el año 1999, Premio de la Crítica Española en 1999 y en 2003, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil de España en 2018). El conjunto estará formado por Maika Etxekopar, Lore Zeberio y Leire Berasaluze (voces), Lixsania Fernandez (viola da gamba), Miren Zeberio (violín barroco y arrabita), Mixel Etxekopar (txirulas y voz), Dani Garay (percusión), Pablo Martín (contrabajo) y el ya citado Enrike Solinís tocando el euskelele. Su actuación, apoyándose en las hermosas ilustraciones de Irrimarra, ofrece como resultado un espectáculo atractivo para niños y adolescentes a través de la música, la palabra y bellas imágenes. Euskelelea hará volar nuestra imaginación, haciéndonos cantar y disfrutar por igual.
Sinopsis
Érase una vez unas lamias que se divertían jugando a pala en un mágico bosque del País Vasco. De repente la diosa Mari recogió una de estas palas, la vació por dentro y le puso cuatro cuerdas: una marrón para la tierra, otra azul para el agua, otra transparente para el viento, y otra roja, para el fuego. Así creó el Euskelele, un instrumento con el que acompañar sus canciones y que posteriormente se extendería por todo el mundo, adoptando en cada lugar un nombre y músicas diferentes.