Bilbao, noviembre de 2025.
El Bilbao Exhibition Centre (BEC) se llenó este fin de semana del encanto de lo antiguo con una nueva edición de Desembalaje Bilbao, el gran encuentro dedicado a las antigüedades, el coleccionismo y la decoración vintage. Durante los días 8 y 9 de noviembre, el pabellón 2 del BEC reunió a más de 150 expositores, miles de visitantes y un ambiente que combinó historia, creatividad y sostenibilidad.

Organizado por Llobregat S.F. en colaboración con el BEC, el evento celebró su 52ª edición consolidándose como una de las ferias más importantes de la península para los amantes de los objetos con alma.

Un escaparate para los buscadores de tesoros

Durante dos días, los visitantes pudieron recorrer un auténtico laberinto de curiosidades: muebles, lámparas, cuadros, porcelanas, joyas, vinilos, juguetes, libros, cerámicas, monedas, moda y complementos vintage, además de piezas únicas con historia. Cada pasillo ofrecía una nueva oportunidad para encontrar ese objeto especial que parecía salido de otra época.

Entre los expositores destacaron anticuarios de toda España y Francia, muchos de ellos habituales en los emblemáticos “déballages” europeos. Los visitantes pudieron descubrir piezas tan singulares como un bolso de Dior traído directamente de un mercado francés, un armario de notaría parisina o material ferroviario de Babcock Wilcox de 1951, auténticos testigos del pasado que despertaron la nostalgia y la curiosidad de los asistentes.

Talleres y experiencias para todos los públicos

Fiel a su filosofía participativa, Desembalaje Bilbao volvió a ofrecer talleres gratuitos de restauración y personalización de objetos antiguos, una de las actividades más populares del fin de semana.
Las sesiones, a cargo de firmas especializadas como Lakeone y Trate Taller (representante en España de Annie Sloan), permitieron a los asistentes aprender técnicas para cuidar materiales como la madera, el metal o la piel, y descubrir cómo dar una segunda vida a los objetos.

Además, el evento contó con zona infantil, food trucks, cafetería y restaurante, convirtiéndose en un plan familiar y accesible para todas las edades. El recinto también dispuso de facilidades para personas con movilidad reducida y de un sistema que permitió a los compradores cargar y transportar fácilmente sus adquisiciones.

Un homenaje al consumo sostenible

Más allá del componente estético o coleccionista, Desembalaje Bilbao reivindicó la importancia del consumo responsable y la reutilización, promoviendo una forma de vida más consciente a través del rescate de objetos con historia. Cada pieza expuesta recordaba que lo vintage no solo está de moda, sino que representa un compromiso con la sostenibilidad y la autenticidad.

Una cita que sigue creciendo

Con esta edición, Desembalaje Bilbao volvió a confirmar su papel como referente nacional en el mundo de las antigüedades y el coleccionismo, atrayendo tanto a expertos y decoradores como a curiosos y amantes del estilo retro.
El éxito de público y participación reafirma que, más que una feria, este evento es una celebración de la memoria material y de la belleza de lo imperfecto.