Naiara Cabezas
En una época en la que la creatividad y la autenticidad parecen más limitadas que nunca, el séptimo arte sigue acogiendo con los brazos abiertos a cineastas tan singulares y visionarios como Yorgos Lanthimos.
Su última película, Bugonia, es un filme donde Lanthimos vuelve con sus códigos propios, alejándose de Poor things (2023) o Kinds of Kindness(2024) para contarnos una historia surrealista y cruda cargada de metáforas al capitalismo, las teorías conspiranoicas y la existencia de la propia humanidad.
Pero, ¿qué es Bugonia? Bugonia es un mito griego que describe un curioso proceso de generación espontánea de abejas a partir del cadáver de un toro. Según la tradición, al sacrificar un toro y dejar que su cuerpo se descompusiera, de él surgían nuevas abejas. Este mito refleja la antigua creencia de que de la muerte puede surgir vida, una idea que se conecta en la trama con la presencia de las abejas y el personaje de Jesse Plemons, quien se dedica a la agricultura como hobby.
En todo momento, Lanthimos aborda los traumas del personaje haciendo que el espectador cuestione su propia percepción de la realidad, mediante flashbacks fantásticos y ligeramente irreales, presentados en blanco y negro, que contrastan con la rica paleta de colores del resto de la película.
Por su parte, el personaje de Emma Stone funciona como una crítica al capitalismo. Desde su posición como CEO de una farmacéutica hasta su constante intento de imponer sus valores al personaje de Jesse Plemons, sus acciones tienen un impacto directo en el mundo que la rodea. Esto se conecta con el sentido filosófico de la película y su título, Bugonia: así como el mito plantea que de la muerte puede surgir vida y las abejas son esenciales para mantener el equilibrio del ecosistema, en la película la relación con las abejas refleja cómo ciertas fuerzas ,humanas o de otro tipo, pueden alterar de manera radical el equilibrio de la vida, creando una tensión que resuena hasta el desenlace de la historia.
Me encanta el cine que logra sorprenderme, y en ese sentido Bugonia es un éxito monumental. Sin ser la película más extraña del director griego, los actores están soberbios en sus interpretaciones y Lanthimos despliega toda su potencia visual, con planos bajos que generan angustia y una paleta de colores cálidos que contrasta con la tensión. El resultado es una película impresionante, que claramente entra en la carrera por los Oscars.
