El envejecimiento cutáneo es un proceso complejo que afecta a cada capa de la piel. Implica cambios tanto estructurales como fisiológicos. A medida que envejecemos, nuestra piel sufre dos tipos de envejecimiento: intrínseco y extrínseco.

El envejecimiento intrínseco es el proceso natural de envejecimiento que hace que la piel se vuelva fina y atrófica. El envejecimiento extrínseco, causado por factores ambientales y el estilo de vida, dan como resultado una epidermis engrosada y arrugas profundas.

“No todas las arrugas tienen solución; por eso, la prevención es fundamental. Muchas pacientes cuando acuden al centro piensan, erróneamente, que hay tratamientos efectivos frenar el envejecimiento de la piel. Y no es así. Por eso, nosotras insistimos en habituarse a llevar desde una edad temprana”, nos recuerdan las especialistas de la Clínica ME de Bilbao.

1- Tener unos buenos hábitos de limpieza de piel. No saltarte la limpieza, tanto por la noche como por la mañana.
2- Elegir una buena crema de protección solar. No salir de casa ni en invierno ni en verano sin una buena crema de sol. Tanto en invierno como en verano. No escatimes al comprarte una buena crema.
3- Una buena hidratación de la piel es clave. Utiliza productos que te la proporcionen; invierte en ellos, porque su piel y tu salud te lo agradecerán.
4- Hidratación interna. Bebe al menos 8 vasos de agua al día para tener una piel suave y brillante para mantener fuerte la barrera de hidratación de tu pie; bebe menos café, té y refrescos, ya que le quitan humedad a la piel. Y como alimentos hidratantes como sandía, pepino y verduras de hoja verde.
5- Estilo de vida saludable. Tus hábitos diarios y el entorno influyen mucho en el envejecimiento de tu piel. Así, que deja de fumar ahora mismo. Fumar hace que la piel se arrugue y se descuelga prematuramente. También irrumpe el flujo sanguíneo, lo que significa menos oxígeno y nutrientes para tu piel.
6- Busca fórmulas para controlar el estrés. Ya que acelera el envejecimiento de la piel al provocar inflamación y daños. Intenta dormir entre 7 y 9 horas cada noche para ayudar a que tu piel se sane y se refresque, mantén un peso saludable para evitar la flacidez de la piel debido a las dietas.

7- Una buena alimentación. De nada sirve que te gastes un dineral en tratamientos si luego fumas, te pasas con el alcohol, vas a la playa a broncearte a “tope”. Dieta y nutrición son clave para la salud de la piel. La vitamina C es fundamental para una piel radiante y de aspecto joven. Comer alimentos ricos en ricos en antioxidantes puede mejorar enormemente la salud de la piel. Las frutas y verduras de todos los colores están llenas de vitaminas, minerales y antioxidantes. Además, los alimentos ricos en vitamina E, como los aguacates y las nueces también protegen la piel.
8- El ejercicio mejora la circulación sanguínea, y esto es clave para mantener la piel sana y radiante porque la sangre transporta los nutrientes esenciales hasta la dermis. Por supuesto, el ejercicio físico facilita la eliminación de las toxinas y las células muertas de la piel.

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