Naiara Cabezas Zabala
Crecí viendo Gossip Girl. Fue, probablemente, la primera serie que vi en inglés… (y también la primera que pirateé). Quienes la hayan seguido saben que no era solo una historia de adolescentes ricos y sus líos amorosos. Más allá de los personajes, había dos elementos fundamentales que sostenían la trama: el escenario de Nueva York y, sobre todo, la moda.
La ropa, al igual que la ciudad, era un personaje más. A través del vestuario se podía seguir la evolución de cada protagonista, entender sus emociones y ver reflejado su crecimiento. Desde la primera hasta la última temporada, cada look contaba algo. Gossip Girl convirtió cada episodio en una pasarela donde brillaban piezas de Gucci, Versace, Chanel, y muchas otras firmas. El estilo inconfundible de Blair Waldorf y Serena van der Woodsen se quedó grabado en nuestra retina. Y lo cierto es que, por muchos años que pasen, algunos de sus outfits siguen deslumbrando incluso en las pasarelas más actuales.
Gossip Girl no fue la primera serie en tratar la moda como un personaje más dentro de la historia. Su gran antecesora fue Sex and the City, que ya había marcado un antes y un después en la relación entre televisión y estilo. Como bien se explica en el documental In Vogue: The 90s (disponible en Disney+), la serie protagonizada por Carrie Bradshaw revolucionó la forma en que se entendía la moda en la ficción, elevándola de simple vestuario a una forma de narrativa visual.
Si bien estas series son icónicas y marcaron un antes y un después en la industria de la moda, hoy en día nuevas producciones han tomado el relevo en la creación de referentes de estilo. Euphoria, Wednesday, Emily in Paris y Succesion son solo algunos ejemplos de cómo, actualmente, la moda sigue siendo un lenguaje narrativo tan potente como el propio guion.
Euphoria, una revolución en el maquillaje y la moda transgresora
Si hay una serie que ha logrado generar la polémica y repercusión de sus dos antecesoras, esa es Euphoria. Al igual que Sex and the City y Gossip Girl en su momento, Euphoria no solo marcó tendencia, sino que también desató debates sobre identidad, adolescencia y representación en pantalla.
En Euphoria, cada personaje expresa su mundo interior a través de la ropa. Su estilo no es solo una elección estética, sino un reflejo directo de su personalidad, emociones y traumas. Maddy Pérez apuesta por prendas cortas y provocadoras para proyectar seguridad, aunque detrás de esa imagen se esconde una profunda vulnerabilidad en sus relaciones con los hombres. Jules Vaughn encarna un estilo cyber-fairy-core, etéreo y cambiante, que refleja la dualidad que vive al no sentirse identificada con el cuerpo con el que nació. Y Rue Bennett, con su estética streetwear desaliñada, muestra el caos interior que provocan sus adicciones y su desconexión emocional.
Desde corsés ajustados hasta sombras de ojos con glitter, la serie se ha convertido en una referencia visual clave para diseñadores, editoriales de moda y, por supuesto, para millones de jóvenes en todo el mundo.
Wednesday, el gótico vuelve con fuerza
Una de las series con una estética más dark del momento, y que estrenará su segunda temporada en septiembre, es Wednesday. Esta producción ha devuelto al primer plano la relevancia del movimiento gótico en la cultura actual. Como la propia protagonista dice en la serie, su amor por el color negro es innegociable, y por eso siempre viste de negro. Un color tradicionalmente asociado a lo oscuro, lo negativo o lo siniestro, pero que en su caso revela todo lo contrario: su verdadera esencia. Aunque Miércoles intenta evitar los vínculos emocionales, sus acciones a lo largo de la trama dejan entrever un corazón que poco tiene de oscuro.
Wednesday no solo ha devuelto a la pantalla el espíritu del gótico, sino que también ha elevado su estética a las pasarelas. La protagonista lleva piezas de firmas internacionales como Miu Miu, Courregès o Jacquemus. En su primera aparición en pantalla, la vemos con su ya icónico vestido negro, acompañado de un cuello blanco exagerado que recuerda al inconfundible estilo de Gucci.
El estilo de Miércoles Addams ha calado hondo en la estética de la generación Z. Celebridades como Kourtney Kardashian y Megan Fox han apostado por esta tendencia, consolidando el negro como un color estrella en alfombras rojas y redes sociales.
Emily in Paris, de la pantalla a la pasarela
Emily in Paris es el ejemplo perfecto de esta tendencia, donde las verdaderas protagonistas son firmas internacionales como Miu Miu, Isabel Marant, Jean Patou, Courrèges o Jacquemus, y todo ello en el escenario inigualable de la ciudad de la moda: París.
Uno de los rasgos más distintivos del estilo de Emily es su audaz mix de estampados: cuadros con flores, lunares con rayas, texturas que aparentemente no deberían convivir, pero que en ella funcionan como si estuvieran hechos para complementarse. Ese caos cuidadosamente orquestado se convierte en un lenguaje visual único, en el que cada conjunto suma a la narrativa de la serie.
Cada look es una auténtica declaración de intenciones. Desde su icónico abrigo rojo pasión en la pista de hielo, hasta los conjuntos retro inspirados en Audrey Hepburn, cada prenda refleja no solo su personalidad, sino también su adaptación (o a veces resistencia) a la cultura francesa, mostrando siempre una visión de la vida llena de optimismo y energía arrolladora.
Succession y el quiet luxury
Aunque el punto fuerte de Succession son sus tramas políticas, los diálogos y las brillantes interpretaciones, la moda se mantiene presente en cada capítulo, aunque de forma sutil y silenciosa. El llamado ‘quiet luxury’ —o lujo discreto, como hemos decidido llamarlo aquí— representa una de las tendencias más elitistas y sofisticadas del siglo XXI.
En el vestuario de Succession encontramos la esencia misma de este espíritu: los hijos del multimillonario Logan Roy proyectan una seguridad tan sólida en su riqueza que no sienten la necesidad de exhibirla. No hay logos visibles, las joyas son discretas y predominan los básicos que, para un ojo inexperto, pueden parecer prendas simples, pero que al observar con atención se revelan como selectas camisetas de Maison Margiela, gorras de cachemira de Loro Piana o cinturones ‘Intrecciato’ de Bottega Veneta.
Estas marcas de lujo también ayudan a entender a sus personajes. El ejemplo más claro es Siobhan Roy, la hija menor, cuyo estilo evoluciona temporada tras temporada. Para ganar respeto, adopta un vestuario más elegante, sofisticado y absolutamente minimalista.
A lo largo de la serie, la heredera Roy ha lucido firmas como Celine, Chloé o Stella McCartney, y también podrían formar parte de su vestidor otras grandes representantes del lujo silencioso como Loro Piana, The Row o Brunello Cucinelli.
Así, Succession no solo narra una historia de poder y ambición, sino que también transmite, a través de la moda, un lenguaje propio: el lujo silencioso que habla sin alardes.
Además de las series, el mundo del cine también ha sabido poner la moda en el centro de la narrativa. Desde clásicos como El diablo viste de Prada (2006) o thrillers como The Neon Demon (2016), donde la estética juega un papel fundamental.
El séptimo arte continúa explorando cómo la moda puede ser mucho más que un simple vestuario: es un personaje, una declaración y un reflejo cultural que inspira y trasciende la pantalla.