Mañana día 30 de octubre, el restaurante Kasko, ubicado en el Casco Viejo de Bilbao, celebra la reapertura de su nuevo local con una gran fiesta de bienvenida, que contará con actuaciones y sorpresas para los asistentes. Este evento marca el renacimiento de un espacio muy querido por los bilbaínos, que ha sido completamente rehabilitado tras el incendio que lo devastó el pasado mes de julio.

El siniestro, originado por una avería eléctrica, arrasó el restaurante, calcinando no solo su interior sino también varias obras de arte que desde 1996 adornaban el establecimiento. Entre ellas, cuatro esculturas en forma de pez de la artista Dora Salazar, conocidas por su original diseño en el que emplea ruedas de bicicleta y latas de conserva, elementos que hacen un guiño a su trayectoria como pionera en el uso de materiales reciclados desde los años 80. Estas piezas, representativas del arte de Salazar, han sido restauradas en su totalidad y estarán presentes en el local renovado.

La reapertura del Kasko es un logro que llega en tiempo récord, especialmente considerando el daño estructural sufrido. “Ha sido necesario rehacer el restaurante, desde la limpieza profunda de todas las superficies hasta la descontaminación de los tubos del aire acondicionado”, comenta Natxo López, gerente del local para El Deia. La reapertura ha contado con el respaldo de los 16 trabajadores del restaurante, quienes, aunque en ERTE durante las reformas, han manifestado su compromiso con el equipo y regresarán a sus puestos.

Este evento de reapertura no solo marca el fin de una etapa difícil para el Kasko, sino también el inicio de una nueva fase en la que el arte, simbolizado por los peces restaurados de Salazar, vuelve a ocupar un lugar central. La fiesta será el primer paso hacia la recuperación de la normalidad en este emblemático espacio bilbaíno, que promete seguir ofreciendo a sus clientes una experiencia única bajo las “olas” azules de su techo, tal como concibió el arquitecto Emilio Puertas.