Por Itsaso Álvarez.
La Santa y Real Casa de Misericordia de Bilbao es una de las instituciones más antiguas de la ciudad y celebra este año 250 años de su fundación. En origen, nació gracias a 455 mujeres y hombres que, de forma voluntaria, desinteresada y solidaria, se unieron para atender las carencias de los más necesitados en un pequeño local de la calle Sendeja. Luego pasó a Iturribide hasta asentarse en su actual edificio inaugurado en 1872 con la presencia del Rey Amadeo de Saboya. El alcalde de Bilbao era entonces Alejandro Rivero.
Una real provisión del rey Carlos III del 17 de febrero de 1774 confirmó y aprobó la organización de la Real y Santa Casa de la Misericordia en Bilbao como institución que se preocupaba por la personas necesitadas de la villa. Con el paso de los tiempos el perfil de los destinatarios de la institución ha cambiado, pero se ha mantenido su carácter asistencial.
Mañana martes a las 19.30 horas se celebra en el Teatro Arriaga de Bilbao, con motivo de este aniversario, un concierto en el que sonará música de Francisco Escudero (maestro de música en la Misericordia), de Juan Crisóstomo Arriaga (que seguro que conoció la entidad, creada 32 años antes de su nacimiento) y de Wolfgang Amadeus Mozart.
El recital comenzará con ‘Izar ederra’, obra coral a capella compuesta por el ilustre músico vasco Francisco Escudero tan vinculado a la vida musical de la Misericordia. Esta emotiva composición simboliza la esencia de la generosidad y la solidaridad que han caracterizado a la Misericordia a lo largo de los siglos.
A continuación se interpretará la ‘Sinfonía en Re’ creada por el prodigioso compositor bilbaíno Juan Crisóstomo Arriaga. Su música evoca el espíritu innovador y artístico que han definido a Bilbao como un centro cultural vibrante.
El punto culminante de este concierto se alcanzará con la majestuosa ‘Misa de la Coronación’ de Wolfgang Amadeus Mozart. Su solemnidad refleja “la grandeza y la trascendencia espiritual” que caracterizan la labor humanitaria de la Santa y Real Casa de Misericordia.