Después de la caída de Bilbao y hasta la rendición en Santoña transcurrieron dos meses de cruenta guerra en Enkarterri a donde llegaron miles de refugiados, donde se sufrieron más de 300 bombardeos.
Zaldi es una escultura de Xabier Lezama, esculpida en madera, que recuerda los más de 300 bombardeos que sufrieron Las Encartaciones. La obra se exhibe actualmente en El Museo de las Encartaciones, perteneciente a las Juntas Generales de Bizkaia.
La visita a este espacio permite al espectador conocer mejor el nuevo lenguaje desarrollado por este creador, atraído por la formulación de la nueva escultura vasca, la estética del alma e historia local.
Su interpretación en profundidad es objeto de controversia, ya que la figura es simbólica y suscita opiniones dispares; pero su valor artístico está fuera de discusión. No solo es considerada una de las obras más importantes del artista, sino que se ha convertido en un auténtico «icono de Las Encartaciones», símbolo de los terribles sufrimientos que la guerra inflige a los seres humanos.
En los más de 30 años que lleva esculpiendo, el leitmotiv de su obra siempre ha sido la representación de la historia y mitología vasca. Además de la talla en madera, Lezama también cincela piezas en hierro y piedra.
Zaldi (Caballo), representa a la divinidad vasca que adopta la forma de un caballo, aparece en numerosas leyendas y en el contexto histórico representa los episodios enmarcados en el contexto de la Guerra Civil Española. Su cuerpo está hacia la derecha, pero su cabeza, se vuelve hacia la izquierda. Tiene la cabeza levantada y la boca abierta. Simboliza a las víctimas inocentes de la guerra. La esencia misma del siglo XX y sus horrores en La guerra civil española en Las Encartaciones.
300 bombardeos indiscriminados contra la población civil que marcarían el inicio de las atrocidades típicas de las guerras del siglo XX. Lezama se sintió obligado a documentar los hechos para las generaciones venideras y esculpió la obra. El resultado fue una escultura de un metro y medio de alto por más de 25 de ancho que es hoy la ilustración perfecta de los desastres de la guerra, tomando la herencia del arte-denuncia. Zaldi es una obra de arte surrealista creada en 1989 por Patxi Xabier Lezama Perier con la madera reciclada de la última restauración del Museo de Las Encartaciones, realizada por los arquitectos Javier Muñoz y Josu Urriolabeitia. Esta última gran reforma del edificio consolidó su conversión en un museo moderno que tiene como objetivo promover el estudio, la investigación y la difusión de todos los aspectos culturales, la historia, antropología, patrimonio y arte.
Patxi Xabier Lezama Perier (1967) es uno de los escultores vascos contemporáneos considerado uno de los principales renovadores de la escultura vasca. Creció en la dictadura franquista de España; experiencia que le marcó de por vida, y marcará también su arte y su forma de expresarse. Alejada de los circuitos, la obra del artista es indispensable para entender la escultura y el arte vasco de nuestro tiempo. Lo simbólico y lo mitológico. La toma de conciencia de la importancia de la cultura vasca (su origen, su historia y sus tradiciones), así como el proceso de modernización del folclore por parte de la vanguardia para dotar de una nueva mirada a cuestiones ancestrales. Durante los años 80 se interesó especialmente por la mitología vasca. Alrededor de 1990, con su empleo en la fragua, se inicia en el trabajo del hierro. Emprende un ciclo de esculturas no imitativas, yendo en aumento su preocupación por el arte y la cultura vasca. La escala en el Totemismo había sido abordada a finales de la década de los 80 en su indagación plástica étnico-cultural. Es muy característica en su obra la presencia de figuras míticas con una fuerte carga histórica. Se trata de signos que ponen de manifiesto el peso de la historia y de los elementos míticos y literarios de nuestro pasado cultural. Se trata de signos que ponen de manifiesto el peso de la historia y de los elementos míticos y literarios de nuestro pasado cultural. Se trata de signos que ponen de manifiesto el peso de la historia y de los elementos míticos y literarios de nuestro pasado cultural.