Hoy se conmemora el aniversario del Bombardeo de Gernika, un trágico suceso ocurrido el 26 de abril de 1937 durante la Guerra Civil española. Este ataque aéreo llevado a cabo por la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana, a petición del bando franquista, destruyó por completo la ciudad de Gernika y dejó un saldo de cientos de víctimas.
El bombardeo de Gernika se convirtió en un símbolo de la brutalidad de la guerra y del sufrimiento humano que conlleva. El escritor y periodista británico George Steer, quien fue uno de los primeros en informar sobre el bombardeo, lo describió como un «ataque deliberado contra la cultura vasca y la libertad humana». Las imágenes de la ciudad en ruinas y de los sobrevivientes que quedaron sin hogar y sin familiares conmocionaron al mundo entero.
El bombardeo de Gernika también tuvo un impacto significativo en la política internacional de la época. La falta de respuesta de las potencias europeas ante la tragedia y su negativa a condenar el ataque aéreo llevó a muchos a cuestionar la efectividad de la Sociedad de Naciones y su capacidad para mantener la paz y la seguridad en el mundo.
Hoy en día, el recuerdo del Bombardeo de Gernika sigue vivo en la memoria colectiva del País Vasco y de España en general. La ciudad de Gernika ha sido reconstruida y se ha convertido en un importante centro cultural y político de la región. Cada año, se celebra una ceremonia en el lugar donde se encuentra el Árbol de Gernika, un símbolo de la libertad y la democracia vasca que sobrevivió al bombardeo.
Es un acontecimiento triste e impactante que nunca debe olvidarse. Es importante recordar las consecuencias humanas y políticas de la guerra, y trabajar juntos para garantizar que tragedias como esta nunca vuelvan a ocurrir.