El 31 de enero conmemoramos el Día Internacional del Mago, una festividad que destaca la importancia y el arte de los magos en el entretenimiento. Este día especial rinde homenaje a Juan Bosco, el santo patrono de los magos, quien cautivó a la gente, especialmente a los jóvenes, con su habilidad en malabarismos y magia mientras compartía la palabra de Dios.
Juan Bosco, nacido en Italia, falleció el 31 de enero de 1888, y su canonización tuvo lugar el 1 de abril de 1934. Durante un congreso de magia en España, fue elegido como el patrono de los magos, y la fecha de su fallecimiento se adoptó para celebrar este día especial.
A lo largo de la historia, destacados magos e ilusionistas han dejado un legado significativo. Uno de los más famosos es Merlin, un mago galés del siglo VI d.C., considerado la inspiración de muchos magos de la literatura universal y una figura icónica en las historias de la Inglaterra medieval.
Otro mago destacado fue Robert Houdin (1805-1871), reconocido como el ilusionista más grande de todos los tiempos. Sus espectáculos asombrosos, como la suspensión etérea, el reloj misterioso y el naranjo fantástico, marcaron un hito en el mundo de la magia, dejando un impacto duradero en esta fascinante forma de arte.
En el País Vasco, tenemos al mago Valen. Hace 35 años, dio inicio a un viaje mágico al fundar la Asociación de Magia de Navarra. En este lugar, impartió su primer curso de magia, marcando el comienzo de una travesía fascinante. A lo largo de los años, ha continuado compartiendo su conocimiento en múltiples ocasiones, incluso dirigiendo cursos de verano en la UPV-EHU en Donostia.