Bilbao amaneció ayer con un apocalipsis zombie en la emblemática explanada del Museo Guggenheim. Coches calcinados, contenedores volcados y un aire apocalíptico han tomado el corazón de Bilbao. ¿El motivo? El rodaje de la cuarta temporada de The Walking Dead: Daryl Dixon, la exitosa secuela de la saga zombie.
Desde primeras horas, el lugar se ha llenado de curiosos que, móvil en mano, intentaban captar alguna imagen del set o del actor Norman Reedus, quien vuelve a encarnar al icónico Daryl. Aunque las inmediaciones del museo estaban completamente acordonadas, ni la lluvia ni las restricciones han impedido que decenas de fans se mantuvieran firmes tras las vallas, esperando un momento de cercanía con el protagonista.
La ambientación del set no dejó indiferente a nadie: un Bilbao sumido en el caos, con señales de destrucción por todas partes. Como detalle curioso, una gran inscripción con el nombre del barrio de Lutxana ha llamado la atención del público, despertando teorías sobre su papel en la trama.
Este rodaje marca el arranque de la cuarta y última temporada de la serie, que ya ha visitado otras localizaciones españolas como Galicia, Valencia o Aragón. Tras Bilbao, el equipo continuará filmando en Madrid, Andalucía, Segovia, Toledo y, nuevamente, en tierras gallegas.
Así, el apocalipsis zombie ha llegado al norte, y por unas semanas, Bilbao será escenario del fin del mundo… cinematográficamente hablando.