La decimonovena edición de Bilbao BBK Live concluyó con un balance altamente positivo tras tres intensas jornadas de programación musical diversa, con una asistencia superior a las 115.000 personas provenientes de más de 50 países. El sábado fue la jornada de mayor afluencia, reflejo del atractivo de un cartel cuidadosamente curado que fusionó leyendas del pop, propuestas emergentes y figuras en transformación artística.
Con la mirada ya puesta en 2026, año en que se conmemorará el 20º aniversario del festival, la organización ha confirmado las fechas de la próxima edición: 9, 10 y 11 de julio, nuevamente en su enclave habitual, Kobetamendi.
Una programación ecléctica y transgeneracional
La actuación de Kylie Minogue marcó un hito histórico para el festival, sellando el último día con una puesta en escena de alto nivel que conectó con el público de forma masiva. Su presencia como cabeza de cartel se consolidó como uno de los grandes aciertos del evento.
Por su parte, Damiano David, conocido por liderar Måneskin, debutó en solitario con un set más introspectivo que evidenció la evolución de su identidad musical. Carolina Durante, enfrentando dificultades logísticas, mantuvo su compromiso con un directo potente, ratificando su arraigo en la escena nacional.
Sparks e Hidrogenesse ofrecieron un diálogo intergeneracional en torno al pop performativo, enlazando décadas de vanguardia estética y sonora. Asimismo, Nathy Peluso presentó su nuevo trabajo GRASA con una actuación que combinó teatralidad, potencia escénica y madurez artística.
Un ecosistema musical plural
El sábado también evidenció la amplitud estilística del festival, con propuestas que abarcaron desde el post-punk de Heartworms hasta la fusión jazzística de Makaya McCraven. La Impératrice aportó el componente lúdico con una mezcla de funk, electrónica y pop francés que animó uno de los momentos más festivos de la noche.
Compromiso estructural y valores compartidos
La edición de 2025 reafirmó el compromiso de Bilbao BBK Live con la sostenibilidad, la accesibilidad y la diversidad a través de dos ejes estratégicos: el Espacio BALORE y una producción eco-integrada. El primero se consolidó como foro participativo sobre temas sociales clave, mientras que el segundo implementó criterios de diseño circular y eficiencia energética, integrando elementos replantados y tecnologías modulares en su infraestructura escénica.
Una comunidad plural y comprometida
El perfil del público asistente continúa su transformación generacional, reduciendo la edad media de 34 a 32 años, reflejo de una renovación en los hábitos de consumo cultural. La convivencia entre veteranos del festival y nuevos asistentes, nacionales e internacionales, ha sido ejemplar, manteniendo un ambiente de respeto y entusiasmo constante.
Agradecimientos y proyección futura
La organización ha expresado su agradecimiento a todas las partes implicadas en el éxito de esta edición: asistentes, artistas, equipos técnicos, entidades colaboradoras, patrocinadores y, de forma destacada, al Ayuntamiento de Bilbao por su respaldo institucional. Con la mirada puesta en 2026, el festival se prepara para una celebración que no solo conmemorará dos décadas de trayectoria, sino que proyectará su legado hacia el futuro del panorama musical europeo.