El Teatro Arriaga acoge estos días (desde hoy jueves día 1 hasta el sábado 3 de diciembre) uno de los éxitos teatrales de la temporada. Se trata de Los farsantes, una obra escrita por Pablo Remón (con la colaboración de Violeta Canals) y que él mismo dirige. Planteada con un tono de comedia satírica, Los farsantes sitúa al público frente a cuestiones comunes al mundo del cine, del teatro o el audiovisual para hablar al mismo tiempo de conceptos más universales como el éxito o el fracaso.
Ana Velasco (interpretada por Marina Salas) es una actriz de teatro cuya carrera está estancada. Diego Fontana (personaje al que da vida Javier Cámara) es un director de taquillazos de cine. Las historias de estos dos personajes centran esta obra, cuyo reparto completan Francesco Carril y Nuria Mencía. Entre los cuatro intérpretes, hacen un despliegue de decenas de personajes en diferentes espacios y tiempos.
Pero los personajes principales son los citados Ana y Diego. Ambos representan, aparentemente, los dos extremos de la profesión artística: el éxito y el fracaso. Ambos están, además, atravesando una situación de crisis personal, y sus historias están conectadas por una figura común: el padre de Ana, un director de cine de culto en los 80, que ha jugado un rol importante y muy diferente en la vida de ambos.
Bajo este argumento, el dramaturgo, guionista y director Pablo Remón (Premio Nacional de Literatura Dramática 2021) despliega una obra por capítulos, de una estructura más próxima a la novela que al teatro, donde las historias de Ana y Diego se van desarrollando en paralelo y se convierten en espejos de los mismos temas: la autenticidad, el plagio, la identidad, el éxito y el fracaso, la actuación, los oficios del cine y el teatro.
Por debajo del humor hilarante de muchos de estos episodios, el autor y director va entretejiendo un trasfondo de preguntas que le inquietan, sobre la autenticidad, sobre los sueños que tenemos, sobre los papeles que encarnamos en la ficción y fuera de ella, etc. Además, Remón juega con los lenguajes narrativos, construyendo un relato eminentemente teatral pero de aspiración novelesca y cinematográfica. Este juego de narrativas lo describe Remón puntualizando que Los farsantes son “varias obras en una: cada una de las historias tiene un estilo, un tono y una forma particular”. La historia de Ana tiene un estilo eminentemente cinematográfico, con un narrador que nos va guiando, y en la que sueño y realidad se confunden. La historia de Diego es una obra de teatro más clásica, representada en espacios más realistas. Y por último hay, a modo de ruptura o de paréntesis, una autoficción donde el autor de la propia obra que estamos viendo (interpretado por Francesco Carril) se defiende de unas acusaciones de plagio.
Remón y Cámara
Javier Cámara coincidió con Pablo Remón al dirigir dos capítulos de la serie de televisión que protagoniza, Venga Juan, guionizados por Remón. Ahora han querido volver a coincidir en un proyecto, Los farsantes, que llega exactamente a los diez años desde que Remón comenzó a hacer teatro, y que para Cámara supone la vuelta al teatro doce años después de su última actuación sobre las tablas, en la obra Realidad (The real thing), de Tom Stoppard, dirigida por Natalia Menéndez y estrenada en el Teatro María Guerrero en 2010.