Si sientes que necesitas un cambio de aires, nada mejor que una escapada para renovar cuerpo y mente. Te proponemos destinos que parecen salidos de una obra de arte: algunos están a un paso, otros te harán volar lejos, pero todos prometen paisajes que te dejarán sin aliento.
Escapadas por Sevilla y el alma de Al-Ándalus
La provincia de Sevilla tiene grandes sitios turísticos que no te puedes perder, desde la naturaleza más pura hasta pueblos llenos de historia. En la Sierra Norte, localidades como Cazalla de la Sierra y Constantina te ofrecen rutas de senderismo rodeado de bosques y cascadas como la del Huéznar. Carmona, con su necrópolis romana y su impresionante muralla, y Osuna, famosa por su monumentalidad renacentista y su protagonismo en Juego de Tronos, te transportarán al pasado. En Utrera, cuna del flamenco, podrás disfrutar de su arquitectura mudéjar, mientras que Alcalá de Guadaíra, con su castillo árabe y su entorno natural, cerrará tu escapada con una dosis de historia y paz. Cada uno de estos destinos es un pequeño tesoro que te permitirá sentirte lejos.
Menorca: El Hawaii español
Menorca, declarada Reserva de la Biosfera desde 1993, es un paraíso natural que destaca por su increíble biodiversidad y su compromiso con la sostenibilidad. Sus calas de arena blanca y aguas turquesas, como Cala Galdana, Cala Mitjana, Cala Turqueta y Cala Macarella, son solo algunos de los principales atractivos de la isla. Además, ofrece paisajes impresionantes en sus parques naturales y fondos marinos ideales para el buceo.
En cuanto a su patrimonio, Menorca ha sido testigo de diversas culturas, y puedes explorar monumentos como la Naveta des Tudons o la Torre de Fornells, además de disfrutar de los faros de Favàritx y Punta Nati. Ciutadella y Mahón, sus principales ciudades, cuentan con calles llenas de historia y encanto, mientras que pequeños pueblos como Binibeca y Fornells ofrecen un ambiente más tranquilo y pintoresco. Si eres amante de la naturaleza, no puedes dejar de recorrer el Camí de Cavalls, una ruta que recorre toda la costa de la isla, o visitar el Monte Toro para unas vistas espectaculares. Sin duda, Menorca es un destino de ensueño para todo tipo de viajeros.
Lisboa, una ciudad a un aleteo
Lisboa es una ciudad que te cautivará desde el primer paso. Con su mezcla de tradición y modernidad, ofrece una gran variedad de actividades para todo tipo de viajeros. Desde el emblemático Castillo de San Jorge, un fuerte medieval con vistas panorámicas de la ciudad y el río Tajo, hasta la histórica Torre de Belém, uno de los símbolos más representativos de Lisboa que evoca la época de los descubrimientos portugueses. A muy poca distancia, el Monumento a los Descubrimientos te permitirá revivir la historia de los grandes navegantes que cambiaron el curso del mundo.
No te puedes perder un paseo por el tradicional barrio de Alfama, donde sus calles empedradas y casas llenas de encanto te transportarán al pasado. Si te gustan las vistas panorámicas, sube al Panteón Nacional, donde disfrutarás de una perspectiva espectacular de Alfama y el Tajo. Para una experiencia única, haz un recorrido en el Tranvía 28, que atraviesa los barrios más históricos de la ciudad, brindándote un recorrido pintoresco a través de las zonas más emblemáticas.
Lisboa no solo es historia, sino también cultura. Visita el Museo Nacional de Arte Antiguo y el Museo Calouste Gulbenkian, dos de los principales museos de la ciudad, con impresionantes colecciones que van desde el arte europeo hasta el arte oriental. Además, no puedes irte sin vivir la emoción del Fado, un estilo musical que te tocará el alma.
Brujas: La Venecia del Norte
Brujas es una ciudad encantadora, famosa por sus canales, calles empedradas y arquitectura medieval. Su casco antiguo, Patrimonio de la Humanidad, te invita a explorar joyas como el Campanario de Brujas, la Plaza del Mercado y la Basílica de la Santa Sangre. No te pierdas un paseo en barco por sus canales, una experiencia única para disfrutar de su encanto.
La gastronomía local es un verdadero atractivo: no dejes de probar el chocolate belga y la famosa cerveza. Para los amantes del arte, el Museo Groeninge es imprescindible, y para sumergirte en la cultura local, un buen lugar es escuchar Fado en sus bares tradicionales.
