Según Naciones Unidas nuestro planeta nos está lanzando señales claras: los océanos se saturan de plásticos y se acidifican, mientras que fenómenos extremos como olas de calor, incendios, inundaciones y tormentas afectan cada vez a más personas alrededor del mundo.
El cambio climático, la intervención humana en la naturaleza y actividades destructivas como la deforestación, el uso intensivo del suelo, la agricultura y ganadería industrial, o el tráfico ilegal de especies, están acelerando el deterioro de la Tierra.
Por eso, es urgente restaurar nuestros ecosistemas. Son la base de toda forma de vida, y su bienestar está estrechamente ligado al de la humanidad. Recuperarlos no solo contribuirá a frenar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, sino que también ayudará a reducir la pobreza y mejorar nuestra calidad de vida. Pero este reto solo puede lograrse si actuamos de forma colectiva y decidida.
En este Día Internacional de la Madre Tierra, renovemos nuestro compromiso con un modelo económico más sostenible, que respete los límites del planeta y promueva una convivencia en armonía con la naturaleza. El futuro de todos depende de ello.
¿Sabías que…?
- Cada año, el mundo pierde 10 millones de hectáreas de bosques; una extensión similar a Islandia.
- Los ecosistemas sanos nos ayudan a protegernos de las enfermedades porque la diversidad de especies hace más difícil la propagación de patógenos.
- Alrededor de un millón de especies animales y plantas se encuentran en peligro de extinción.