El Teatro Arriaga acoge la próxima semana, en concreto los días 19 y 20 de abril (miércoles y jueves), sendas funciones de La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco, de Max Aub, en adaptación teatral de José Ramón Fernández.

Bajo la dirección de Laura Ortega, esta obra cuenta con un único actor en escena, Alfonso Torregrosa, quien se mete en la piel de Ignacio Jurado Martínez, sonorense, de profesión mesero, un héroe involuntario, asesino confeso de Francisco Franco. El instigador de este crimen, Max Aub, lo sitúa como protagonista de una delirante historia, mitad hazaña inventada, mitad crítica áspera de la deriva que prolongaba el nostálgico fastidio de los emigrados y la propia dictadura franquista a ojos del autor.

La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco es un cuento de humor publicado por Max Aub en México en 1960. Es un texto que muestra el acerado humor del autor, como su Manuscrito cuervo, sus Crímenes ejemplares, o la broma magnífica de Josep Torres Campalans. Este cuento de apenas veinte páginas nos presenta a un camarero mexicano harto de lo pesados que son los exilados españoles, todo el día dale que dale con la guerra. Su solución es viajar a España con la intención de matar a Franco y así recuperar la tranquilidad amable de su café viejo y tranquilo.

El texto, cargado de humor, plantea un juego muy interesante, la confusión intencionada entre la verdad y la mentira, la historia y el artificio, el personaje y el escritor. Incluso por momentos el actor.

 

El proyecto y la propuesta

El germen de este proyecto surgió en la primavera horrible de la pandemia, cuando Alfonso Torregrosa llamó a José Ramón Fernández para proponerle adaptar La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco. Ambos habían trabajado previamente juntos con el proyecto de El laberinto mágico, en 2016. Casualmente, José Ramón Fernández ya tenía preparada una versión para escena de ese cuento, preparada un par de años antes para otro posible proyecto que finalmente no cuajó.

Por tanto, ya había un material para trabajar y enseguida Laura Ortega se sumó al proyecto para encargarse de la dirección. Escénicamente, La verdadera historia de la muerte de Franco se desarrolla en un espacio reducido, compartido por el actor y el público a su alrededor. De ahí que en el Teatro Arriaga vaya a representarse en lo que denominamos Espacio Escenario, siendo ahí, en el escenario, donde se ubica el público alrededor del actor. De esta forma, se reproduce de algún modo ese ambiente del Café Español en el que el protagonista trabaja como camarero y conversa. Asoma la nostalgia de los viejos cafés, adquiere peso el valor del relato y de la historia, nos invade esa sensación de “Sisifo contemporáneo” en el que el destino, tras acabar un café, es tomarse otro. De esta forma, el planteamiento escénico de Laura Ortega genera en el público un efecto de experiencia teatral inmersiva.

Sinopsis

“Yo no podía sufrir esos gritos. Entiéndanme. No es que necesite el silencio. Es que necesito las conversaciones. Las conversaciones, no el alboroto, porque con el alboroto no puedo entender las cosas. Son muchos años, y me gusta saber. Y, si puedo, meter baza, pegar la hebra, sacar consecuencias. Ese es mi gusto. Eso es lo que más me gusta en la vida. Los diálogos, la cháchara, el chisme, son mi alimento; si no meto cuchara, si no echo mi cuarto de espadas, si no comento – comentar, digo, que no es discutir-, no estoy contento”.

Son palabras de Ignacio Jurado Martínez. Antiguo mesero titular del Café Español, situado en la Ciudad de México, Ignacio, en sus últimos coletazos, casi calvo, casi sordo, pero con las mismas ganas de meter cuchara en las conversaciones ajenas, acude cada día a este otro café para contar su verdadera historia. Aquella que nunca se atrevió a contar.