El pianista, director de orquesta y divulgador argentino Sergio Feferovich llega a Bilbao con su espectáculo “La música de las ideas”, una propuesta que combina música, humor y reflexión para acercar la música clásica a todo tipo de públicos. El artista visita la ciudad para ofrecer mañana 26 de noviembre un concierto solidario organizado por Fundación Anesvad, destinado a apoyar la lucha contra las Enfermedades Tropicales Desatendidas, que afectan a más de 1.600 millones de personas en el mundo. Con motivo de su paso por Bilbao, conversamos con él sobre su espectáculo, su vínculo con la música y el valor social que atribuye a su trabajo.

1. Para quien aún no te conoce, ¿como describirías tu recorrido como músico, director y divulgador?

Bueno, resumirlo en pocas palabras es difícil, pero siempre estudié música, empecé a leer partituras antes que texto y siempre sentí que la música es un lenguaje, es mi lenguaje y creo que está un poco oculto para mucha gente. Cuando yo tocaba el piano de chico y veía que la gente se emocionaba, decía, “¿por qué no toca el piano todo el mundo, no?” Y poco a poco fui ampliando, empecé a hacer música de cámara, música con cantantes, a dirigir coros, a dirigir orquestas… hice un espectáculo de música para chicos que se llamó ‘La Vuelta al Mundo en un Violín’, una orquesta que tuvo muchos premios, y después de eso me di cuenta que la gente, cuando son chiquitos no tienen prejuicios sobre qué es clásico, y les gustaba escuchar a Vivaldi de Mozart porque les gustaba, no porque lo catalogaban primero. 

A partir de ese espectáculo, me convocó gente de las charlas TED, que son conferencias cortas, fue una conferencia que hice como un juego, pensando, bueno, hago esta conferencia y listo, y se hizo bastante viral, empezaron a llamarme de muchos lugares… y hace poco, bueno, ya en 2019 conocí a la gente de la Fundación ANESVAD en un evento en los Países Bajos, e hicimos una colaboración y funcionó muy bien y siempre quedé con muchas ganas de volver y bueno, ahora estoy de vuelta, en Madrid y Bilbao.

2. Sueles decir que “la música no hay que entenderla, hay que disfrutarla sin prejuicios”. ¿Por qué es tan importante este mensaje en tu trabajo?

Bueno, justamente esto de disfrutar la música me parece que es un bien que tenemos, ¿no? Un legado que nos dejaron tantos genios que nos precedieron y como alguna vez dije, siento que es una paradoja que cuando yo era chico era muy caro acceder a la música, te tenías que comprar un disco, un cassette incluso, entonces elegías muy bien porque tenías que pagar mucho dinero para escuchar la música que te gustaba. Hoy en día la música es prácticamente gratuita, está al alcance de todos y el oyente promedio no elige, no selecciona, entonces me parece que hay una carencia que da la abundancia, parece medio contradictorio, pero como tenemos tanta música no tenemos las ganas. Como cuando ves en una plataforma una película elegís la que te sugieren primero en lugar de bucear un poquito más. Me parece que está bueno que la gente acceda a otras músicas, no necesariamente para que le guste más, pero en todo caso para validar lo que están escuchando en este momento. 

Se sabe por estudios que la música hace bien, genera empatía, genera confianza, sobre todo los chicos cuando estudian un instrumento tienen la posibilidad de expresarse mejor, tienen más conciencia de sus propias emociones, entonces parece que es un bien que está bastante desaprovechado.

3. ¿Cómo describirías “La música de las ideas” a alguien que nunca ha asistido a uno de tus espectáculos?

Bueno, el formato, digamos, lo que uno ve es un concierto de piano, pero tiene mucho más que eso, tiene un guión, tiene participación de la audiencia… Siempre me llamó la atención que en un concierto de rock o de música popular, la gente canta y está todo bien, y en un concierto de piano, si sos un judísto ya te están mirando con cara de odio. Entonces esto es una especie de mezcla, primero que el repertorio es muy variado, porque siempre fui ecléctico en cuanto a los gustos, iba de ‘Bach’ y ‘Mozart’ a ‘Gershwin’ y a ‘Zorra’ y a los ‘Beatles’. Además hay mucha interacción con la gente y mucho humor que también hace que el evento y la emoción tenga otro significado.  

4. El espectáculo explora cómo influyen las emociones y experiencias en la creación de ideas. ¿Qué te inspiró a abordar este tema?

Más que inspirarme a algo, fue algo que siempre tuve, cuando escucho una obra musical enseguida me surgen imágenes, ideas, cosas, entonces me gusta asociar la música, porque la música como arte es un arte que no se puede describir a sí mismo, o sea, no podés describir una música con música, la describes con palabras. Esa conexión de la música con lo que nos pasa en el día a día me parece que es muy fructífera y siempre encuentro algún tipo de conexión entre, qué sé yo, el contrapunto de Bach y el contrapunto que hacemos nosotros cuando estamos hablando. En fin, hay un montón de analogías que me parece que son muy creativas.

5. Combinas música, humor y reflexión. ¿Cómo conviven estos elementos?

La música y el humor se parecen, se parecen en que los dos te hacen más vulnerable,  o sea, cuando uno se ríe uno está a merced de la persona que te hizo reír, en un buen sentido. La música tiene ese poder, también hay gente que es muy dura, muy estructurada, y a veces una película o la música ayuda a que tal vez una emoción surja que no surgiría de otra manera. Así que el humor y la música me parece que se parecen en eso y la reflexión tiene que ver con cuando uno es músico o artista, estás siempre recreando obras de grandes genios y eso siempre te genera preguntas y te hace pensar en el sentido de la vida.

6. Este concierto apoya la labor de Fundación Anesvad frente a las Enfermedades Tropicales Desatendidas. ¿Cómo nació esta colaboración?

Nació, como te decía antes, en Países Bajos, que conocía a la gente que coordina los programas de la Fundación ANESVAD y, bueno, como se dice habitualmente hubo buena química y me sentí muy cómodo porque siempre pensé que la música es una gran herramienta para mejorar el mundo. La verdad que en un mundo que invierte tanto en medicina para descubrir curas a enfermedades raras, lo que me parece bárbaro, pero que haya enfermedades que se curan simplemente con agua potable o con una atención más cercana y que haya chicos que mueren por eso, me parece que es un pecado que, bueno, desde mi lugar, con lo que puedo colaborar para eso, me parece que es fantástica la misión que tiene La Fundación.

7. ¿Qué te motiva personalmente a vincular tu trabajo artístico con causas sociales? ¿Cómo crees que la música puede ayudar a cambiar el mundo?

Bueno, de esta manera, me parece que todo lo que hacemos, vos desde la entrevista o cada uno de los que hace, quiere darle sentido a su vida y trascender. Me parece que la música es una buena forma de trascender porque ayuda a que, en este caso, a que a algunos niños de África, la pasen mejor, entonces, bueno, bienvenidos todos los que se sumen a la presentación ahora en Bilbao y el viernes en Madrid, porque es una forma de colaborar para esta causa que me parece que es muy noble.

8. ¿Qué te gustaría que el público se lleve consigo después de escuchar “La música de las ideas”?

En general, la reacción del público es muy hermosa y se va con una muy linda energía. Más de uno me escribe y me dice, te fui a ver y me puse a estudiar piano, te fui a ver y empecé a cantar en un coro, así que ya con eso estoy más que satisfecho, y el resto, bueno, si se van después de haber disfrutado de un momento de música, de emoción, de reírse, de participar, ya estoy totalmente satisfecho.