Itsasmuseum acoge una zona expositiva dedicada al Consulado de Bilbao, una institución pionera que nace el 22 de junio de 1511 para dar respuesta a una creciente actividad comercial en la Villa, muy vinculada a la navegabilidad en la ría.

Inicialmente denominado Casa del Mar y Casa de Contratación de Bilbao, fue el órgano precursor de la actual Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao. Entre otras funciones, se encargaba de agrupar a los mercaderes, transportistas y maestres de naos y de regular todo el tráfico comercial marítimo. En sus más de 300 años de vida, fue determinante en la historia y el progreso de Bilbao.

Ubicada en la planta baja, esta nueva zona que ocupa más de 300 metros cuadrados y representa un salto cualitativo en la exposición permanente, viene a completar una etapa histórica muy presente en Itsasmuseum, necesaria para comprender el desarrollo económico y social de Bilbao como ciudad y de Bizkaia como territorio.

LAS PIEZAS DE LA SALA

Entre las piezas merecen una especial atención un conjunto de armarios archivo policromados en madera y hierro, creados en 1761 por el maestro ensamblador bilbaino, Joaquín de Echeverria, que formaban el Archivo del Consulado; los bancos de la Sala de Audiencias construidos durante el siglo XVII y que algunas fuentes atribuyen al pintor Luis Paret y Alcazar; y la capilla del Consulado ubicada en la iglesia de San Antón, presente a través de la talla de Nuestra Señora de la Consolación y de un panel de retablo en madera dorada del siglo XVI.

Todos estos elementos de relevancia histórica y patrimonial se complementan con dos pinturas en gran formato: Corredor de Columnas del Consulado, pintura al pastel de Manuel Losada creada en 1920, que retrata el interior de la sede del Consulado de Bilbao y en la que pueden apreciarse algunos de los objetos aquí expuestos, y el Mural para el petrolero Bilbao de 1962, obra del autor José María de Ucelay, en la que se aprecia la bandera del Consulado y la Casa de Bizkaia en Brujas (Bélgica), precursora del Consulado de Bilbao.

También conviene detenerse en nueve casetones o tabicas, unas tablas de madera de castaño rectangulares procedentes del Palacio Arana, que reproducen escenas marítimas relacionadas con el comercio, y que contienen una de las representaciones más antiguas que se conservan de la falúa.

En paralelo, varias maquetas recrean el Bilbao del siglo XVI, la iglesia de San Antón y el Ayuntamiento de Bilbao en la época, la Casa de Bizkaia en Brujas y la falúa, un recurso visual y didáctico que acerca la exposición a todos los públicos.

El proceso para trasladar las piezas, objetos y obras de arte seleccionadas desde el Euskal Museoa, donde han estado expuestas los últimos años, ha sido complejo y en el mismo han participado personas y empresas del sector de la restauración que han llevado a cabo un riguroso trabajo. Algunas de las piezas, principalmente los armarios del archivo del Consulado, están siendo sometidas a trabajos de conservación y restauración in situ, labor que continuará en una suerte de abierto por obras, invitando a las personas que visiten la exposición a descubrir en vivo el apasionante mundo de la restauración.

El Consulado gana protagonismo en el Itsasmuseum, gracias a la colaboración entre museos, instituciones, particulares y empresas como el Euskal Museoa, la Diputación Foral de Bizkaia, el Ayuntamiento de Bilbao, la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao, la Autoridad Portuaria, el Archivo Histórico Foral de Bizkaia, la Biblioteca José María Arriola, la Sociedad Bilbaína, Landa Ochandiano Arquitectos y Sancho el Sabio Fundación Vital Fundazioa.

Este nuevo espacio quiere potenciar la presencia tanto de la Cámara de Comercio como del Puerto de Bilbao, instituciones herederas de la labor del propio Consulado, abriendo nuevas oportunidades de colaboración y completando el relato de una etapa histórica muy relevante en Bilbao.