Este contenido pertenece al número 1079 de La Ría del Ocio, publicado el 23 de junio de 2022


Arturo Trueba

La campaña que llevó a cabo hace diez años el Athletic asombró a sus seguidores y al universo futbolístico. Con Bielsa a la cabeza el equipo llegó a ser considerado el séptimo del mundo, su fútbol alcanzó niveles desconocidos para muchas generaciones y su ambición los llevó a jugar las finales de Copa y de Europa League. Había una enorme ilusión por traerse las copas a Bilbao y aumentar las vitrinas del museo de San Mamés, que han sido la plasmación de una leyenda basada en una filosofía única. Pero el equipo llegó desfondado y no consiguió disputar esos partidos clave con la fortaleza de un campeón. Desde entonces el club, presidido por Josu Urrutia, fue perdiendo a sus principales figuras y su capacidad competitiva y, con el paso de los años, atractivo para el referente de toda la cantera vasca. No se conseguía invertir el dinero ingresado por la pérdida de los principales jugadores en fichajes y en reforzar la cantera, mientras que el vecino Real Sociedad sí lo hacía.

Entre tanto, llegó Ernesto Valverde a coger las riendas del primer equipo por segunda vez en su carrera. Dejó un gran sabor de boca al conseguir que los rojiblancos jugaran habitualmente en Europa, disputaran más finales y consiguieran una Supercopa ante el todopoderoso Barcelona. Estuvo cuatro años y sacó el máximo rendimiento de una plantilla menguada y unas posibilidades de fichajes cada vez más escasas. Terminó su ciclo con la discreción de la que siempre ha hecho gala, pero sin el suficiente reconocimiento a su labor. Eso sí, la ría del ocio le otorgamos el premio de Las Angulas de la Ría en nuestro 30 aniversario, junto a Fito y otros distinguidos galardonados. Pero el club prosiguió reduciendo su poderío deportivo e institucional. Pasaron Ziganda, Berizzo y Garitano con más pena que gloria y el club parecía en caída libre.

Aitor Elizegi trató de recuperar el espíritu competitivo, la imagen institucional y el atraer a fichajes y a los mejores frutos de la cantera vasca. Pero su labor estuvo marcada por la pandemia y por las dificultades para poder utilizar el superávit del club en materia de fichajes. Su apuesta por Marcelino volvió a ilusionar a la afición con su mejora competitiva, otro título de Supercopa, varias finales de copa y semifinales. Pero prosiguió la maldición de las finales y no se terminó de acabar de concretar los éxitos que tanto anhelan los seguidores y los socios. El mayor éxito de Elizegi ha sido alcanzar la anhelada reforma de los estatutos, algo dará la capacidad de decisión al socio en los temas trascendentales. En eso, llegan estas reñidas elecciones con tres candidatos, Barkala, Arechabaleta y Uriarte, en busca de un inmediato salto adelante en el club en materia deportiva, económica y social. Salga quien salga elegido, se trata de ir todos a una por el bien del Athletic.