Alba Martín

Romuald Fons, también conocido como el rey del SEO, es un empresario barcelonés considerado leyenda del marketing digital. Presenta el libro ‘Crece y hazte rico’ (Planeta), con el que muestra con sinceridad y “sin adornos” su camino en el mundo de los negocios. Así, tras haber estado “en ambos lados de la moneda”, asegura que sin dinero mucho, pero con dinero todo.

 

Te llaman el rey del SEO, pero te lo empezaste a llamar tú…

Fue muy fácil eso. Me inspiró Dalí en una entrevista que le hicieron en Estados Unidos. Él escribió un libro que se llamaba “Diario de un genio”. El entrevistador le hacía mofa preguntándole que cómo tenía narices de escribir un libro y autodenominarse genio. Dalí dijo que, si no se lo llamaba él, quién se lo iba a decir. En ese momento dije que iba a ser el rey del SEO. Hice un vídeo y caló. La gente se ha quedado con eso. Ya está instaurado. Eso sí, tiene que estar apoyado por la realidad. Dalí era un jodido genio pintando y yo soy un jodido genio haciendo SEO. Lo he demostrado muchas veces. La falsa modestia no va conmigo y no deja de ser una forma de mentira.

En el prólogo de ‘Crece y hazte rico’ llama la atención que tu mejor amigo da por hecho que los lectores te van a amar o te van a odiar…

Él ha escrito lo que le ha dado la gana. Víctor Martín es una persona que me conoce desde hace mucho tiempo y sabe que mi audiencia suele estar polarizada, porque no hablo con adornos ni con mucho tacto. Me gusta decir las cosas claras, porque mi experiencia es la mejor forma de que las cosas lleguen a las personas. Hay muchos adornos en la vida como para que encima nos tengamos que comunicar adornando lo que decimos.

¿Qué se van a encontrar los lectores en este libro?

Hostias en la cara constantemente. Las que me encontré yo cuando empecé en el mundo de los negocios. Yo me creía lo mismo que nos contaban; eso de que si deseas algo muy fuerte acaba pasando. El mundo es un lugar cruel y el mundo de los negocios es una guerra y lo que tú quieras no tiene ningún tipo de influencia en lo que después ocurre. Lo que influye son tus acciones y que entiendas lo que quiere el mercado.

Animas a que la gente se quite la idea de que tener dinero es malo o que para conseguirlo hay que hacer cosas horribles…

Es que el dinero no te hace bueno ni malo. Si eres un cabrón, serás un cabrón con dinero. Si eres buena persona, serás una buena persona con dinero. Lo único que te permite el dinero es hacer cosas que sin él no podrías hacer. Yo lo digo en el libro: sin dinero hay muchas cosas, pero con dinero todo. Sin él en esta sociedad capitalista sufres, porque yo he pasado por ello. Yo he tenido un hijo de cuatro meses y no le he podido pagar las vacunas. Entonces, como he estado en los dos lados de la moneda, si me preguntan con o sin dinero, lo tengo muy claro.

En el libro expones 51 leyes para atraer el éxito y el dinero. ¿Cuál es la fundamental?

No hay fundamental. De hecho, no hay recetas para conseguir el éxito. Cada persona es diferente. Tenemos que entendernos, ver cuáles son nuestras fortalezas, tenemos que entender cómo funciona el mercado, romper paradigmas, pasar a la acción… Mil historias que las he condensado en base a leyes, pero que no te vas a hacer rico porque sigas todas. No es así. Lo único que puedes hacer es aumentar las posibilidades y estar más atento a lo que ocurre alrededor. Las oportunidades están ahí, pero muchas veces no las vemos. Tenemos que entrenarnos para estar alerta y ver dónde hay oportunidades.

¿Todo el mundo puede hacerse rico?

Sí. Es verdad que hay gente que, por lo que ha vivido, puede estar mejor preparada o no. Un rasgo común en la gente de éxito que conozco, que conozco bastante, y es un rasgo que también tengo yo, es que, si has sufrido en la vida, has aprendido cosas que desarrollan habilidades como la resiliencia o ir a por lo que quieres.

Dices que “las excusas son malas aliadas porque nos hacen desviar la atención de lo verdaderamente importante”…

¿Para qué demonios sirve una excusa? ¿Te soluciona el problema? No. ¿Te hace sentir mejor? Realmente, no. Y a los demás les da igual tu excusa. Tendemos muchas veces a dar excusas hacia fuera y, lo peor, a darlas hacia dentro. Tu cabeza te va a dar muchas excusas para que no levantes el culo de la silla. Así pasan los días y no cambia nada.

También comentas que lo primero es hacerse rico y luego ya dedicarnos a nuestras pasiones…

No, no es tanto así, pero sí que puede ser un escenario válido. Esto es una crítica a esa idea de que si trabajas de tu hobby no vas a sentir que trabajas. Perseguir tu hobby o esa motivación extra que tú puedas tener, no significa que al mercado le vaya a parecer bien. Hay muchos estudiantes de arquitectura que les encanta esa profesión y luego no acaban trabajando de ello porque no se puede.

Quiero que quede claro que tener dinero no es mejor que otra cosa. Lo importante es tener dinero para lo que quieres y lo básico y necesario. Pero luego, tan respetable es querer montar un super imperio como querer ser panadero. De lo que me quejo es de la gente que quiere algo y no lucha por ello.

Partiendo de eso, tú imagínate que quieres hacer pan, que te encanta. Fabuloso. Pero en tu pueblo hay ya tres panaderías que llevan veinte años. No tiene sentido que montes una. Es algo que tú quieres, pero no es lo que el mercado necesita. ¿Qué va a pasar? Que muy posiblemente te vas a meter una hostia. ¿Qué tal si miras si en tu pueblo hace falta alguna otra cosa? Resuelves esa necesidad, cobras por ello, pones a alguien que lo haga y ya luego te dedicas a hacer pan. Esa es tu forma de tener tu hobby y tener tu negocio, pero juntar esas dos cosas muchas veces no van de la mano. Por eso hay tantos negocios que cierran, tantas depresiones porque hay que ser emprendedor… ¡Una mierda! Hay que ser emprendedor si realmente es lo que llevas dentro. Yo he intentado no serlo. He intentado abandonar mi empresa dos veces y no puedo, me deprimo.